Aprovechando que el espíritu de las fiestas nos hace creer que tenemos más tiempo libre, comparto un artículo pendiente de publicar sobre la maratona que significó este año la participación en la feria Lisboa Design Show 2018.
En esta edición, presenté en su totalidad la Colección Boro que incluye algunas piezas de venta directa y otras para ser hechas a medida, tal como por ejemplo el Abrigo reversible hecho en lino de 400grs (Merchant & Mills) que mostré en el desfile LXD 2017.
La Colección Boro está compuesta por piezas de ropa hechas con lino de 200gr, y en su mayoría con certificación OEKO 100. Un lino de origen lituano suave y elegante que no deja de tener ese toque rústico tradicional que tanto atrae del lino y que llama tanto al tacto.
Además de estas prendas, y a partir de un trabajo de descomposición de patrones que tiene por objetivo exprimir al máximo el uso de los restos de tejido, cree nuevas piezas derivadas. Piezas únicas, capaces de ser vestidas por personas con diferentes tallas y realizadas con acabados únicos. Como complemento estos días andamos trabajando en creaciones textiles realizadas con técnica patchwork y sashiko que nos permiten reutilizar algunos de los tejidos sobrantes de esta colección.
Atractivo desafío fue también el desfile conjunto TRENDS LXD2018 de Modistas de Atelier pues en nuestro colectivo habíamos decidido como foco realizar un homenaje al bosque y a las víctimas que fallecieron por causa de los incendios ocurridos en Portugal en 2017.
Tras contemplar la realización de fantásticas ideias de base artesanal, al final me decidí por recurrir a mis conocimientos sobre Historia del Arte y dejarme inspirar por Artemisa o Diana, según el periodo clásico, para construir un drapeado. Diosa de la vida salvaje y de los animales según Homero (Ilíada, XXI 470), y del espacio no ocupado por el ser humano. A pesar de ser recordada como la diosa de la caza, veo en ella la imagen del bosque como paraíso e identifico a los animales como sus seres queridos.
La escultura Diana de Versalles , que se encuentra en el Musée du Louvre, fue mi inspiración principal en el proceso de experimentación de drapeados con tejido cupro.
Un tejido realizado principalmente del reciclaje de restos de algodón o celulosa que tiene aspecto sedoso y gran durabilidad. A pesar de tener un efecto diferente al tejido que la escultura nos muestra, diría yo una batista muy fina, el resultado fue más que satisfactorio dado el movimiento que este tejido dio al vestido y sobre todo, las posibilidades que esta técnica ofrece pues en realidad puede modificarse y hacerse más largo o corto según se prefiera.
Lo mejor del esfuerzo es sin duda la satisfacción de encontrar en todos estos años atrás de formación, y demás esfuerzos por aprender, fuentes para mi creatividad. Que aunque buena o mala, hay siempre opiniones para todo, es fiel a mi compromiso con la sostenibilidad y mi intención de promover el patrimonio cultural.
Por ello, con Diana de Versalles, y haciendo caso al consejo de Alexia, mi gran amiga también Historiadora del Arte, inauguramos en nuestro taller una nueva colección basada en la Historia del Arte.
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